Confesar que te aburriste hasta la muerte en ese cumpleaños y que sí, odias con tu alma que te llame un amable extranjero para ofrecerte servicios de celular que jamás vas a contratar, es algo sano. Sí, la vida no es perfecta y brillante, quéjate con justa razón… pero sin pasarse para la punta. No hay nada peor que la gente gruñona (a todos se nos viene alguna cara conocida por ahí) y es muy fácil convertirse en una, porque las quejas se van pegando y poco a poco terminamos por ver el lado desagradable de las cosas, en vez de ignorarlo y seguir adelante.
Confuso, entonces, ¿quejarse o no quejarse? Esa es la otra cuestión, una cuestión en la que la ciencia también metió las narices para ver cómo le afecta a nuestro ser. Aquí les mostramos lo que se ha descubierto y por qué, aunque puede ser positivo en algunos casos, quejarse también puede ser nuestra catapulta a la infelicidad.
Lo malo de las quejas
¿Crees que está bien sacarlo y desahogar tu ira? Quejarse no es malo solo porque provoque «malas vibraciones» en los demás, es literalmente malo para el cerebro y la salud como lo han analizado psicólogos y científicos. – El cerebro está programado para volver a pensar de la misma manera
Nuestras neuronas son funcionales (aunque no parezcan estarlo a las 4 p. m.) y por eso cuando se conectan con otros, crean un «aprendizaje químico» que hace que se conecten y restablezcan la misma conexión cada vez que un amigo crea una sinapsis más rápida.
¿Notaste que todos los transeúntes que evitan las curvas hacen un camino en la hierba? Tener este camino «construido» lleva a muchos peatones a elegir esta alternativa corta y eficiente. Algo similar le está pasando a nuestro cerebro. De hecho, es la base del aprendizaje.
Después de todo, las quejas y los pensamientos negativos no solo crean más pensamientos negativos, sino que también aumentan la probabilidad de que este tipo de pensamientos aparezcan en nuestra mente. ¿Buenas noticias? Puedes ir en sentido contrario, enfatizando el lado bueno de las cosas para que nuestras neuronas vayan por el mismo camino.
¿Conoces a alguien que se queje más de lo necesario? ¿Te preguntas cuánto te quejas durante el día? Bueno eso es algo que debes descubrir.